En primer lugar XXI Güelfos ha sido escrito pensando en todos aquellos que estamos compartiendo no sólo el desmoronamiento sino la destrucción articulada, a fin de repartirse los restos de la herencia, de una cierta idea de Humanidades y de Clasicidad en la que fuimos educados y en la que, con plena conciencia, perseveramos sin hacernos ninguna ilusión.
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XXI Güelfos se define así: reaccionario, recusante, gramatical y escatológico. Escoge la figura de San Bernardo como modelo, porque el abad de Claraval representa no una vocación monástica entendida como huida del mundo, como renuncia del mundo, como refugio del mundo, sino como afirmación anticipada de “otra” realidad, plena.